En las aguas profundas que acunan las estrellas,
blanca y candida, Ofelia flota como un gran lilio,
flota tan lentamente, recostada en sus velos...
cuando tocan a muerte en el bosque lejano.
Hace ya miles de años que la pálida Ofelia
pasa, fantasma blanco por el gran río negro;
más de mil años ya que su sueve locura
murmura su tonada en el aire nocturno.
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